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67 años de la creación de la Fuerza Aérea

Diciembre, 2020

La Fuerza Aérea Uruguaya conmemoró el 4 de diciembre el 67.° aniversario de su creación, con un reducido acto de carácter interno, llevado a cabo en el Salón de Honor del Comando General de la Fuerza Aérea.

La ceremonia estuvo presidida por el comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, Gral. del Aire Luis De León y contó con la presencia de los Oficiales Generales en actividad y homenajeados en las distintas jerarquías.

Durante la ceremonia se hizo entrega de la condecoración al Mérito Aeronáutico al Gral. del Aire Hugo Marenco y al Brig. Gral. (Av.) José Visconti, el Premio de Seguridad de Vuelo al Escuadrón Aéreo n° 7 (Observación y Enlace), el Premio al Mérito al Tte. 1° (Av.) Mauricio Zeballos y al Tte. 1° (Av.) Marcelo Casás. Se entregó el reconocimiento al Sobresaliente Desempeño Operacional a la Tte. 1° (Esp.) Mónica Perovich, y a la Sgto. (SG) Maika Crescente de la Dirección de Educación y al Sup. AT. Antonio Piñeiro, la Sgto. (SG) Ana Ramírez, el Cbo. (SG) William Lagos y a la Sdo. (SG) Anggie Ferreira quienes prestan servicios en el Hospital Militar. Los aerotécnicos del Escuadrón de Vuelo Básico de la Escuela Militar de Aeronáutica recibieron un diploma de reconocimiento por la labor desempeñada.

La Fuerza Aérea Uruguaya, como una Fuerza Independiente al igual que el Ejército Nacional y la Armada Nacional, dependiente del Ministerio de Defensa Nacional se creó por Ley 12 070 el 4 de diciembre de 1953 y en acuerdo a las normas de la entonces Constitución vigente de 1952. El Uruguay quedaba en consonancia, con el avance de las Naciones más avanzadas, que entendían la importancia del Poder Aéreo y su importancia estratégica.

Palabras del Cnel. (Av.) Miguel Olivera

“… y mi elección por esta no está basada en la marcialidad de un desfile o en el atractivo de un uniforme, sino que es algo más profundo, tal vez una mezcla de aventura y buena voluntad para ofrecer mis servicios en beneficio de la sociedad.”

Con estas palabras 25 años atrás, durante un caluroso mes de enero, daba por finalizada mi redacción sobre el tema vocacional ¿Por qué quiero ser Piloto Militar? la cual formaba parte de las pruebas de oposición para el ingreso como Joven Aspirante de la Escuela Militar de Aeronáutica.

Hoy reflexiono sobre ellas con énfasis en aventura, buena voluntad, servicios, sociedad, las cuales reúnen en conjunto con profesionalismo y capacitación la esencia de esta vocación, la cual nos convoca y me honra en hacer uso de la palabra en representación del Comando General de la Fuerza Aérea en el día conmemorativo de sus 67 años de creación. 

La buena voluntad, el espíritu de aventura, el cumplimiento del servicio, y el interactuar de la sociedad, fueron ingredientes determinantes que impulsaron intensos intercambios de ideas suscitadas sobre la propuesta de que la aviación militar sea una Fuerza independiente. Esas ideas fueron forjadas por varios actores de aquella realidad nacional de las cuales sobresalieron los lúcidos aportes realizados por dos principales personalidades las cuales fueron los Generales Oscar Gestido y Medardo Farias.

Ellos, con su visión, firmeza de principios y sin pausa en el esfuerzo, argumentaron ante los poderes públicos y ante la ciudadanía acerca de la imperiosa necesidad de consolidar legalmente lo que hoy día, en esta fecha del 4 de diciembre del presente año conmemoramos el sexagésimo séptimo aniversario de creación de la Fuerza Aérea Militar de acuerdo a la Ley n.° 12 070 del 4 de diciembre de 1953.

Ese día daba inicio al comienzo de camino como Fuerza independiente y en la cual desde ese entonces pasaba a estar en el mismo pie de igualdad que el Ejército Nacional y la Armada Nacional.

Anterior a esta fecha hubo una gloriosa época iniciada en 1913, con más de cuarenta años de esfuerzo y sacrificio continuo, donde se desarrollaron grandes acontecimientos que marcaron la primera y precursora época de la Aviación Militar y por la cual conmemoramos el día 17 de Marzo de cada año también. 

El 4 de diciembre de 1953, el Consejo de Nacional de Gobierno sanciona la Ley n.° 12 070, en el 4.° art. se asignan “Los deberes y atribuciones del Inspector General de la Fuerza Aérea”, comenzando así a gestarse hechos importantes en lo referente a las nuevas infraestructuras y reestructuras de recursos humanos y materiales, los cuales son pilares fundamentales de nuestra existencia como Fuerza.

Pero todos estos acontecimientos de hace 67 años, de los cuales aprendimos de generaciones en generaciones, y a través de documentos elaborados por historiadores resaltándose entre otros al Tte. 1°(Av.) Juan Maruri, sepan que todo este caudal de victorias y derrotas, nos obliga y compromete con nuestro actuar en el presente para un mejor futuro.

Este compromiso implica un inevitable proceso de mejora continua, reestructuración y modernización, ya que debido a la ejecución de las distintas tareas que diariamente desarrollamos, algunas veces nos juega un sabor amargo que nos obstaculiza la apreciación de la importancia de un fin perseguido.

 Nuestra Fuerza Aérea, enmarcada en este pequeño pero inmenso país, es orgullosa, y reconocida por sus capacidades. Más allá del material con el que cuenta, se destaca por el profesionalismo de sus integrantes. Los cuales buscan soluciones prácticas con los elementos disponibles para gestionar de la mejor manera las nuevas y casi impensables amenazas que cambiaron y cambiarán al mundo en todo su contexto. Sin detrimento de un sinfín de misiones realizadas; este año particular se ha destacado por la pandemia en la cual nos encontramos, en donde nuestra Fuerza estuvo siempre al frente, con mente clara y pulso firme aportando con casi 200 horas de vuelo a través de toda nuestra América Latina en apoyo a intereses nacionales durante la repatriación de compatriotas, los cuales se encontraban varados sin poder regresar. 

Por detrás de estas 200 horas de vuelo, sepamos sin titubear que hubo miles de horas de nuestro personal subalterno y superior de todas nuestras reparticiones y secciones con todos sus aportes y conocimientos. Utilizando la sinergia y el desarrollo continuo del trabajo en equipo como premisa; de otra forma no hubiera sido posible el éxito.

Por último, quiero dirigirme de manera especial a todos los hombres y mujeres que hicieron y hacen parte de nuestra Fuerza Aérea, para ellos el más cálido agradecimiento por el Servicio prestado en estas filas de esta profesión del aire, en la que supieron elegir por su propia voluntad, movidos por un impulso llamado vocación.

Vocación, una palabra que sin duda nos mueve y conduce al cumplimiento de nuestra misión aunque el destino no sea el deseado en nuestras cabinas de vuelo, por eso es que debemos permanecer volando alto para poder ver lejos y encontrarnos siempre fuertes en la adversidad como lo expresa en latín “Fortis in ardvis” en el escudo de una escuadrilla de una aeronave que un día supe volar. 

Expresa, en el tramo central de una concluyente historia publicada en la Revista Alas del Cuerpo de Alumnos de la Escuela Militar de Aeronáutica, el Sgto. Hrio. (Av.) Pablo Pisani, “Pero ahora es distinto, soy yo el que estoy aquí arriba lidiando con palancas, botones y agujas indicadoras. Siento que no tengo ya casi altura para intentar nada, y a decir verdad ni se me ocurre mirar el altímetro. El suelo se aproxima inexorablemente, como una enorme pantalla de un cine de las que están plasmadas las escenas de una película que ya se termina…”

¡Feliz aniversario Fuerza Aérea Uruguaya!